12/08: POR LA DEMOCRATIZACIÓN, TODOS AL CONSEJO


Campo de Deportes: por qué decir que NO a la audiencia llamada por CAPMSA

La Corporación Puerto Madero ha llamado a una audiencia pública con la UBA, después de meses transcurridos desde el pedido de sentencia por parte de la Universidad y de no tener novedades al respecto. ¿Qué significa esto? Que los que quieren expropiar nuestro campo arreglando con la UBA por debajo y ganando más espacio dentro del ámbito educacional público ahora nos llamaron explícitamente a hacer un acuerdo para hipotecar el futuro de nuestro campo y, más importante aún, para dar un paso más en detrimento de lo que es de todos con el fin de realizar negocios multimillonarios.

La UBA ya fue muy clara al respecto, tanto en casos como el de nuestro campo, como en el caso del estacionamiento de la Facultad de Ciencias Sociales, como en el bar del Pellegrini: si nuestro patrimonio sirve para solventar el déficit de fondos, vendámoslo, concesionémoslo. Desde [El Resto] nos negamos firmemente a cualquier tipo de avance privado con el fin de paliar la crisis presupuestaria de la Universidad y por ello convocamos a respetar las bases de nuestro Centro de Estudiantes y no dar espacio alguno al sector privatista tanto de la Corporación Puerto Madero como de nuestra universidad.

Reglamento del Consejo Resolutivo

En las primeras reuniones del Consejo Escolar Resolutivo, formado por ocho docentes, cuatro estudiantes, dos graduados y un no docente (éste último sin voto), el tema central de discusión fue el reglamento al que estará sometido el Consejo desde ahora en adelante. Los puntos que presentaron fuertes oposiciones entre el claustro docente y el estudiantil fueron el quórum para sesionar y la calidad de las votaciones. Nuestro reclamo, discutido previamente en las aulas y en las reuniones de delegados, fue claro: ante la conformación antidemocrática del órgano, con una mayoría absoluta de docentes, el quórum debía darse con la presencia de al menos un estudiante, para garantizar que el claustro docente no tuviera la facultad de sesionar autónomamente. Los docentes no acordaron con nuestra postura y sostuvieron su resolución inicial: se sesionaría con nueve personas. En torno a las votaciones, los consejeros estudiantiles llevaron adelante la propuesta de precisar, como mínimo, la firma de dos claustros para aprobar cualquier proyecto. Esto hubiese imposibilitado la posibilidad de que los docentes pudieran tomar decisiones por sí solos, pero de vuelta fue descartado por el claustro docente y en su lugar admitieron únicamente como válida la mayoría simple para definir una votación.

Ante la falta de consenso, se decidió elevar dos proyectos en lugar de uno al Consejo Superior. Como sabemos que ese no es un espacio donde velen por nuestros intereses, es necesario que seamos nosotros los encargados de defender, no sólo lo que corresponde, sino lo que es justo, movilizándonos y presionando por conseguir un Consejo que se aleje de la persistente exclusión de los estudiantes y se acerque a los modelos democráticos por los que hace ya mucho tiempo venimos peleando.

Licitación del bar estudiantil en el Pellegrini

Hace tres años que el bar del Pellegrini está en manos de los estudiantes, producto de una lucha difícil que se llevó lejos a las concesiones por parte de empresas privadas dentro de su colegio. Hoy, quien vaya al bar puede ir tranquilo sabiendo que no existen cosas tales como precios exorbitantes y trabajo ineficiente, sino artículos al costo y personas dedicadas que ponen todo su esfuerzo en mantener el espacio en pie, tanto en su funcionamiento cotidiano como en defensa de los reiterados intentos de las autoridades por volver a la privatización del servicio. Actualmente nos encontramos frente a otro de esos intentos: durante el último mes se informó que hubo un llamado a la licitación para concesionarlo, permitiendo nuevamente que un sector empresario que nada tiene que ver con nuestros intereses lucre con el bolsillo de los estudiantes.

Recordemos que esta situación no es un hecho aislado. Estamos viviendo tiempos de asfixia presupuestaria, donde la UBA cuenta con millones y millones de pesos menos en presupuesto y busca la solución en la generación de recursos propios (como este caso, como el caso de nuestro campo, como el caso de las concesiones en los kioscos dentro de nuestro mismo colegio) y en recortes de todo tipo (como los ¡550.000 pesos! que quitaron del presupuesto del Pellegrini). No podemos dejar que la Universidad siga avanzando en su política de autofinanciamiento a expensas de la educación pública. Defender el bar del Pellegrini, defender nuestro Campo de Deportes, participar en la Comisión de Kioscos, son algunos ejemplos de cómo podemos aportar desde nuestro lugar lo necesario para ir contra aquellos a los que poco y nada les importa que todos puedan acceder a una educación digna. Nosotros tenemos las herramientas: usémoslas.

Por una verdadera democratización del Consejo,
por la defensa de la educación pública toda,
¡marchemos TODOS el miércoles al Consejo Superior!


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