Hace unos años se nos viene haciendo costumbre pensar que participar una o dos veces en todo el año, en fechas conmemorativas como son el 24 de marzo o el 16 de septiembre, nos deja complacidos y no hace falta seguir participando y trabajando. Pensamos que reivindicar las consignas de miles de desaparecidos en una marcha hace que también nosotros estemos comprometidos de igual manera en que estaban ellos. Los miles de desaparecidos no sólo marchaban, sino que también debatían, trabajaban, se organizaban, ya sea en partidos políticos, en sus barrios, en sus colegios, universidades, fábricas. Estaban dispuestos a luchar para sacar al mundo (empezando, primero, por nuestro país) del hambre, de la desigualdad, de la discriminación, la represión, la censura, de la explotación de muchos por unos pocos. Estaban realmente comprometidos con sus ideologías y propuestas.
Entonces, ¿conmemorar a los desaparecidos en la última dictadura en sólo dos fechas nos deja realmente comprometidos? Lo que denunciaban, son hechos que pasaron, pasan (las listas negras del año pasado sobre militantes secundarios, el asesinato de Fuentealba, la desaparición de Julio López, y sólo para nombrar los más conocidos) y van a seguir pasando si nadie vuelve a mostrar la necesidad de cambiar estas injusticias. Por esto queremos que todos nosotros comprendamos que el compromiso con los desaparecidos se da trabajando, participando y construyendo de forma constante, no sólo el 24 de marzo.
Los queremos invitar, entonces, a participar en la semana del 24 y en la siguiente de las actividades, ya sea debates, charlas, pinturas, cine, proyecciones, entre otros, que se van a impulsar desde el CENBA. Demostremos que nuestro compromiso va más allá de una fecha, demostremos que realmente buscamos un cambio en todo esto.
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