Para todos todo. Para nosotros nada.
"Nosotros nacimos de la noche. En ella vivimos. Moriremos en ella.
Pero la luz será mañana para los más, para todos aquellos que hoy lloran la noche,
para quienes se niega el día, para quienes es regalo la muerte,
para quienes está prohibida la vida. Para todos la luz.
Para todos todo.
Para nosotros el dolor y la angustia, para nosotros la alegre rebeldía,
para nosotros el futuro negado, para nosotros la dignidad insurrecta.
Para nosotros nada."
Cuarta declaración de la Selva Lacandona
El 19 de diciembre del 2001, la ciudad de Buenos Aires fue escenario de un gran estallido social que reflejó el profundo repudio al gobierno del entonces presidente Fernando de la Rúa. La explosión desencadenada en ese momento particular no es un hecho aislado sino que es parte de un movimiento que se comenzó a forjar a mediados de la década del 90 como consecuencia de la marginación que trajo consigo la economía neoliberal.
Las políticas antipopulares como el corralito de parte del ministro de Economía Cavallo, contextualizadas en una crisis económina y una inflación creciente, generaron el malestar de todos los trabajadores, estudiantes y desocupados a lo largo y a lo ancho del país. Otra vez, se pretendía que el pueblo pague los platos rotos. Así se gestó una gran rebelión popular que a falta de comida no tardó en saquear mercados, negocios y salir a las calles de Buenos Aires y otras ciudades, pese al estado de sitio decretado por el entonces presidente. Al no poder manifestarse en sus antiguos espacios de trabajo los desocupados comenzaban a tomar las calles y la palabra piquete comenzaba a sonar en noticieros, diarios y cabezas de los argentinos.
La brutal represión policial intentó dispersar las protestas, dejando muchos muertos, pero la organización del pueblo era imparable. La frase “que se vayan todos” resonaba por todos lados y nadie tenía pensado parar hasta que ésta deje de ser sólo una frase. Y así fue como el 20 de diciembre, estando la casa rosada cercada por el pueblo, nuestro presidente tuvo que salir de ella en helicóptero -a pesar de haber anunciado tres horas antes que no renunciaría a su cargo-. El poder popular se constituyó como fuerza política y creó una gigantesca deslegitimación institucional: la situación de doble poder enfrentando, por un lado, el poder institucional y, por el otro, el de la gente en las calles y las asambleas populares. El “que se vayan todos” se hacía cada vez más fuerte.
Para quienes todavía creemos en la organización desde abajo estas jornadas de lucha son una inspiración de cómo hacer política (politikós “ciudadano”, “civil”, “relativo al ordenamiento de la ciudad”). Ante la presión de los homogenizadores de la política y los medios de comunicación, quienes intentan imponer que la política es meter un papel en una urna y acatar las decisiones de quienes elegimos, nosotros decimos NO. La democracia (“demos” pueblo, “kratos” poder o gobierno) se hace con participación, con lucha y desde abajo. La mayor enseñanza que nos dejaron estos hechos fue a no acatar las decisiones de quienes se oponen a las mayorías, a meternos todos en la política y a no recaer en los prejuicios heredados de la trágica década de los 70s.
Hoy podemos ver como estas injusticias se repiten una y otra vez. Sin ir más lejos, el pasado lunes nos vimos reprimidos por levantar las mismas banderas que se levantaron en toda la Argentina hace 8 años, pero en el contexto de la Universidad pública. La policía volvió a atacar a los estudiantes por exigir participación en las decisiones que se toman en la educación pública (de pueblo). A pesar de que el actual gobierno nos quiere hacer creer que revindica todas estas cuestiones, no ha hecho más que continuar con la misma concepción de la política (como demuestra con la nueva ley de reforma política*) que se viene forjando hace años donde las mayorías se ven excluidas de las decisiones y su discurso “progre”, que intentó recomponer un sistema de gobierno, ya se cayó a pedazos: dicen estar con el pueblo pero están más focalizados en pagarle al club de parís y el FMI en vez de satisfacer las demandas populares y, así como se jactan de enjuiciar a los militares de la dictadura, reprimen ferozmente al pueblo que se manifiesta por trabajo, salud, educación.
El sábado 19 de diciembre se realizará la movilización que vienen repitiendo año tras año, desde el 2002, distintas organizaciones sociales, de izquierda, estudiantiles, etc. con el fin de recordar (no solamente en el sentido rememorativo) esta fecha que marcó un antes y un después en nuestra historia y demostró que el poder del pueblo organizado es imparable. Hoy en día siguen vigentes el hambre, la injusticia, la desocupación, la represión policial, la corrupción, y todos aquellos factores que hicieron explotar de rebeldía a un pueblo que no estaba dispuesto a quedarse callado. Por esto, a ocho años del argentinazo, todas las banderas del 2001 deben seguir siendo levantadas por nosotros. Si el presente es de lucha el futuro es nuestro.
*La reforma política apunta a reflotar y darle vitalidad al sistema partidario imponiendo internas abiertas, obligatorias y simultaneas para la elección de candidatos reforzando la idea de que los partidos son la vía de participación política. Además establece criterios muy restrictivos para que un partido pueda presentarse a elecciones favoreciendo así a los grandes aparatos políticos.
Continuemos la lucha por la democratización... COPEMOS LA ASAMBLEA UNIVERSITARIA
Este lunes, en el Congreso Nacional y rodeado de un operativo policial, se llevará a cabo la Asamblea Universitaria. Este es el órgano máximo de la Universidad, está compuesto por los consejeros directivos de cada facultad y los consejeros superiores. Su atribución más importante es la de elegir el rector de la Universidad cada cuatro años. El Consejo Directivo de cada facultad está compuesto por: 8 docentes, 4 estudiantes, 4 graduados y ningún no docente, y es el que elige el decano de cada facultad. Sumando los consejeros directivos de las 13 facultades, hay en total 104 docentes (elegidos por sólo 2.000 docentes de los 20.000 que tiene la facultad, dado que no votan ni auxiliares ni interinos quienes representan el 97% de los docentes de la UBA), 52 estudiantes (a pesar de ser 300.000 y el sostén fundamental de la educación) y 52 graduados (aunque no vivan el día a día de la Universidad y estén ajenos a las consecuencias de las resoluciones que se toman). Es decir que 30.000 estudiantes tienen la misma representación que los graduados y la mitad de la de los 2.000 docentes que votan: la antidemocracia numérica está más que clara. Los consejeros directivos de las 13 facultades eligen los consejeros superiores que forman parte del órgano colegiado que gobierna la Universidad: 5 docentes, 5 graduados, 5 estudiantes y los 13 decanos.
La última Asamblea Universitaria se llevó a cabo en nuestro colegio en el año 2006. Durante ese año, múltiples marchas y manifestaciones han demostrado el descontento de miles de estudiantes con el régimen antidemocrático de la UBA, el cual optó por reprimir fuertemente con vallas y carros hidrantes a quienes luchan por una Universidad al alcance de todos. En ese marco, y luego de un año de conflictos, Rubén Hallú fue electo como rector en una sesión extraordinaria en el Congreso Nacional (represión policial mediante). Los decanos de las trece facultades prometían que se reformaría el Estatuto Universitario y se lograría la tan mentada democratización de la universidad.
Alcanza con hacer una cuenta simple para comprender que la siguiente Asamblea Universitaria debía realizarse en el 2010. A pesar de estar programada para el próximo marzo, las autoridades de la UBA, a espaldas de los estudiantes y de la mayoría de los docentes, decidieron adelantar la Asamblea para las vacaciones del 2009, sin estudiantes ni docentes en las aulas. Lo que demuestra que para las autoridades antidemocráticas, la Asamblea Universitaria no es una instancia para discutir el proyecto y definir el futuro de nuestra Universidad sino una mera formalidad a través de la cual pretenden mantener el poder.
Para peor, no habrá discusión plural ni participación democrática: este 14 de Diciembre intentarán reelegir al actual rector Rubén Hallú quien no cumplió su promesa de democratizar la UBA, sino que impulsó un programa de degradación de la educación pública: implementación de la LES, políticas de autofinanciamiento por lo que pretende para contrarrestar la falta de presupuesto vender nuestro Campo de Deportes, continuar con los kioskos concesionados en nuestro Colegio y licitar el comedor estudiantil del Pelle, continuar el negociado de los postgrados arancelados y el sostenimiento de la Universidad a partir de miles de docentes que trabajan gratis, etc.
El resultado de la Asamblea está decidido de antemano, por más de que seamos la gran mayoría de la Universidad los que nos opongamos a estas políticas. Ante esta situación quieren evitar que esta mayoría (estudiantes y docentes) discutamos en las aulas. Saben que esta oposición es fuerte en la Universidad, dado que no han hecho ni una de las reformas que prometieron en el 2006, llegando a cajonear y/o mandando a comisión todos y cada uno de los proyectos que intentaron algún tipo de cambio en el estatuto, lo cual sigue expresando el carácter antidemocrático de los órganos de gobierno de la UBA. En vez de eso, durante el mandato del actual Rector acumulamos un importante número de hechos que atentan contra la Universidad pública, gratuita y de excelencia a la que aspiramos. No sólo no se reformó el estatuto en lo respectivo a la democratización del cogobierno (los consejos directivos), sino que además se cerró la sede del CBC de Merlo, se permitió el ingreso de la policía para desalojar el Comedor Universitario de la Facultad de Sociales, se aceptaron los fondos de la minera contaminante La Alumbrera, se restringió la participación de los estudiantes en las sesiones del Consejo Superior impidiendo el libre ingreso y funcionando con vallado policial en la puerta, y la lista sigue. Estos hechos no hacen más que expresar el régimen antidemocrático en concreto.
No sólo han adelantado la Asamblea y resuelto ya su veredicto, sino que a esta práctica fraudulenta se le suma una disposición, contradictoria con el Estatuto que ellos se jactan de defender, que supone que será una “sesión especial” con el único propósito de reelegir al Rector, cuando la Asamblea Universitaria tiene la potestad de fijar su propio temario. Esta barbaridad es el marco de ilegitimidad e irregularidad en el que quieren llevar a cabo la reelección.
Durante estos meses, el rechazo frente a esta maniobra ya fue demostrado en numerosas oportunidades, pero el Rectorado parece desoír el pedido de democratización y cambio contra las políticas que degradan nuestra educación. Luego de años de promesas incumplidas sobre la reforma del estatuto en lo que hace al cogobierno universitario, nuevamente harán el intento de reunirse a espaldas de los estudiantes, en el congreso y con custodiados por la policial, para no seguir haciendo sus negocios en detrimento de la educación pública.
Desde [El Resto], rechazamos la política de las autoridades de una Universidad restringida, al servicio de las empresas y aislada de los sectores populares. En cambio luchamos por una Universidad generadora de pensamiento crítico, de excelencia académica y en relación directa con el campo popular. El adelantamiento de la asamblea, sumado al gran despliegue policial previsto y a que sesionará en el Congreso de la Nación −lugar recomendado por la policía− pretende impedir una gran movilización que ponga en jaque la perpetuación del régimen antidemocrático de la UBA. No lo permitamos: salgamos una vez más a las calles para luchar por la Universidad a la que tenemos derecho. Sigamos exigiendo la unificación del claustro docente (para que voten los 20.000), el aumento de la representación estudiantil (que sea proporcional a los 30.000 que existen), la eliminación de los graduados y la inclusión de los no docentes.
Es muy importante tener en cuenta que probablemente mañana se repita el operativo policial -represivo- que se desplegó en 2006, por el cual muchos estudiantes terminaron hospitalizados. Para disminuir la posibilidad de que nos lastimen es importante: usar ropa y zapatillas oscuras (para evitar que se noten las marcas de pintura que dejan los chorros de agua de los camiones hidrantes) y cómodas; un pañuelo (por si tiran gases lacrimógenos poder cubrirse el rostro); y sobre TODO, ir todos juntos en una columna compacta con los estudiantes universitarios. Para ello proponemos reunirnos hoy a la noche a partir de las 11 horas en la Facultad de Sociales (M.T. de Alvear 2230), para mañana temprano (5 a.m.) poder salir todos juntos y con estudiantes universitarios al Congreso. No es alarmismo, es precaución.
Avanzar para llegar... se hace camino al luchar
Para el viernes pasado había programada una sesión de Consejo Resolutivo. En la misma, existía la posibilidad de que, bajo la presión de la toma, se nos validara a los estudiantes el levantamiento del turno vespertino del 16 de septiembre. De esa forma, las faltas y las sanciones computadas se anularían y habríamos cumplido con el objetivo de la toma. Sin embargo, a pesar de que los estudiantes tuvimos la voluntad de que el CR sesionara, los demás consejeros no se presentaron dejando sin quorum la sesión, con la obvia excusa de "levanten la toma y hablamos".
Al día de hoy, pensamos que la toma fue la única medida que nos quedaba teniendo en cuenta la absurda postura de las autoridades de no querer validar un reclamo tan legítimo para los estudiantes como lo es marchar un 16 de septiembre. Los resultados de nuestra lucha están a la vista: González Gass se verá en la obligación de dialogar con los estudiantes y esto es producto de la presión ejercida por la toma. Por otra parte, nuestro reclamo salió del Colegio para abrirse al resto de la sociedad, y conseguimos el apoyo de una organización de DDHH tan importante como lo es Madres de Plaza de Mayo (Línea Fundadora), de H.I.J.O.S., de los demás Centros de Estudiantes secundarios y universitarios y de diversas personalidades reconocidas. Consideramos también un logro importante de esta movilización la contradicción que se acentuó entre la Asociación Docente y los consejeros docentes que fueron denunciados por sus colegas de no representar a su claustro. Aún mejor: se pronunciaron a favor de los estudiantes y en contra de la rectora. En sí misma, la toma se convirtió en un espacio de debate para todos los estudiantes, decidiendo el accionar del CENBA desde las bases y esta experiencia de organización no nos las saca nadie.
Desde [El Resto], creemos firmemente en la apertura de un canal de diálogo siempre y cuando se respeten nuestros reclamos. Las condiciones que quieran imponer las autoridades deben quedar reducidos a las formas y jamás al contenido mismo de nuestra lucha. En ese sentido, entendemos también que nuestro objetivo como estudiantes es lograr que las sanciones sean removidas y que podamos contar con un peso como CENBA en la elaboración del calendario escolar, y que la discusión debe girar en torno a como lograr estos puntos y no sobre la esencia de una medida en particular. Nuestra propuesta es pasar a un cuarto intermedio para entablar una Mesa de Diálogo integrada por la Mesa Directiva de la Asociación Docente y padres delegados que se han pronunciado a favor del reclamo pero en contra de la medida, frente a a las autoridades del Colegio que se verán presionadas por estos dos actores y por nuestra medida. Queremos sostener como un punto fuerte el cambio del reglamento, que consistiría en incluir en el calendario escolar las fechas del 24 de Marzo y del 16 de Septiembre como propias de los estudiantes, para que nosotros mismos decidamos de qué forma queremos conmemorarlas. Y que si nuestra forma de conmemorarlas no es regalando lapicitos u organizando un acto en el Aula Magna sino saliendo a las calles a luchar por lo que nos corresponde, no se compute ningún tipo de castigo: no a las faltas y sanciones por marchar, ni ahora ni nunca. Se trata de que el CENBA avance sobre los atropellos de las autoridades y que se le reconozca a éste su derecho a marchar, a manifestarse, y a continuar la lucha de los compañeros que ya no están. Sería, sin dudas, un avance de hecho en la lucha por la democratización.
Para resolver el conflicto y decidir si levantar la medida o pasar a un cuarto intermedio, consideramos que no podemos dejar de exigir a las autoridades garantías de que funcione una Mesa de Diálogo coherente y justa. También debemos exigir que sesione el Consejo Resolutivo, y que luego de este se nos permita realizar una asamblea para continuar debatiendo.
Debemos ser más conscientes que nunca de que nuestro reclamo es justo y oportuno, y que estamos en nuestro derecho a imponer la voluntad de las mayorías. La razón está de nuestro lado, y con solo entender eso tenemos la victoria al alcance de la mano.
¡NINGUNA SANCIÓN POR LUCHAR!
¡VAMOS POR EL CAMBIO DE REGLAMENTO!
Los lápices eran de colores (y siguen escribiendo)
Sin embargo, comenzaron mucho antes. Hemos sido privados del derecho a marchar por la memoria de nuestros compañeros desaparecidos y, por sobre todas las cosas, hemos sido privados del derecho a marchar por nuestra educación y por una sociedad mejor. Aunque su intención sea escudar las sanciones y las faltas aplicadas a los estudiantes detrás del reglamento, cada una de las autoridades de nuestro Colegio sabe que la ambigüedad de sus acciones solamente nos deja una conclusión posible: fuimos castigados por luchar. El discurso de los límites no tiene validez para un movimiento estudiantil que permanentemente debe mantenerse en pie de resistencia, y que ha encontrado históricamente en la lucha y la organización la única forma de hacer valer sus reclamos. Después de semanas de debate, sentimos que esta medida es un acierto: los estudiantes que decidieron tomar el Colegio, lo hicieron fruto de su conciencia y a su tiempo.
En este momento, nos encontramos en medio de una toma que tiene como objetivo imponer las decisiones del claustro estudiantil, pidiendo que se retiren las faltas y sanciones y que se contemple la participación del Centro de Estudiantes en el calendario escolar. Frente a nosotros, las autoridades y sus listas de chupamedias se disputan para ver quién es más mano dura, acusándose de incompetentes entre ellos. Lo que estamos haciendo es plantar nuestra voz y pedir que la discusión no sea sobre formas, sino sobre contenidos: nuestros reclamos son la expresión de la mayoría. González Gass, los vicerrectores y los profesores reaccionarios no hacen más que probarse entre sí quién posee más autoridad para satisfacer a un Consejo Superior preocupado. Pedimos humildemente a todos los docentes y no-docentes que quieran mantenerse fuera de una política de aprietes y entreguismo que nos comprendan y nos apoyen en nuestra lucha, y nos aporten sus ideas y sus fuerzas para continuar.
Desde [El Resto], pensamos que la organización de los estudiantes no debe ser solamente tenida en cuenta dentro de la institución, sino que es imprescindible para nosotros mismos y el futuro de nuestra sociedad. Los jóvenes somos los responsables de garantizar una educación pública y gratuita, los responsables de inmortalizar y continuar las luchas de nuestros caídos y, además, tenemos la gran tarea de construir un mañana justo y para todos. Debemos confiar en la potencia de la organización estudiantil, que siempre nos dio tantos resultados positivos al gran conjunto de los estudiantes de Capital Federal: en el 2006 frente a las autoridades, en el 2007 por la democratización, en el 2008 a los secundarios frente al recorte de becas de Macri, etc.
Nuestra tarea es reafirmar al Centro de Estudiantes como el espacio de creación conjunta que nos debemos dar. Creemos que o innovamos o morimos, que el futuro está realmente en nuestras manos, y que los lápices que heredamos de nuestros compañeros no son grises y para escribir en un examen, sino de colores y para dibujar una realidad mejor.
Nuestro derecho a militar
El CENBA es el órgano de representación y acción efectiva de los estudiantes. Dentro de él encontramos la posibilidad de organizarnos, tomar decisiones para el claustro, encarar las luchas que consideramos necesarias, hacer oír nuestra voz de forma práctica y representativa ante todas las partes de la comunidad educativa dentro de nuestro colegio y de la sociedad fuera de él, manifestar nuestras ideas e intereses, realizar las actividades que nos parezcan mejores a nuestro criterio. El centro de estudiantes mantiene en su definición la garantía de ser un espacio para los estudiantes trabajado y administrado en todo sentido por los mismos estudiantes. Estas posibilidades son asimismo derechos que tenemos que hacer valer en la práctica, no sólo por los beneficios que nos presenta en sí su existencia, sino por la fundamental importancia que nos impone para todos los estudiantes siempre, para cada centro de estudiantes en cada colegio y para cada estudiante en cada centro de estudiantes.
Por ello, tanto en cuanto a centro como organización política como en cuanto a estudiantes cada uno en particular, tenemos el derecho de elegir la forma en la que queremos militar y si queremos hacerlo o no y en función de qué. Por eso en las asambleas y en nuestras divisiones votamos cuáles son las luchas que queremos llevar a cabo, cómo desarrollarlas, a qué petitorios adherimos, a qué marchas convocamos, qué mandatos deben llevar nuestros consejeros, qué espectros de la realidad de dentro y fuera de nuestro colegio defendemos y cuáles cuestionamos. Es por este motivo que nos parece aberrante y repudiamos completamente que dentro de ese marco de libertad para ejercer el derecho que posee el centro de estudiantes de llevar adelante las luchas que crea que son necesarias, nos encontremos con la negativa de las autoridades, tal y como ocurrió este 16 de septiembre para poder concurrir al evento más importante en la órbita del movimiento secundario: la conmemoración de la lucha de compañeros que, como nosotros, reclamaban a favor de sus ideales por un cambio en la sociedad en medio de la represión reinante durante la última dictadura militar de nuestro país.
La asamblea que se realizó ese mismo día evidenció una vez más la decisión de los estudiantes, que ya había sido tomada y ratificada varias semanas atrás, sobre la importancia y la necesidad de marchar en esa fecha. Por eso la medida que se llevó a cabo fue la del levantamiento del turno noche para que los compañeros pudieran salir a ejercer su derecho a militar sin faltas ni sanciones.
La decisión de nuestra rectora de no dejarnos marchar primero y la de atacar las medidas de organización de los estudiantes después (no dejarnos entrar a nuestro propio colegio para organizarnos, hacer propaganda anti-centro por las divisiones de los primeros años, negarse a autorizar asambleas, mostrarse intransigente frente a claustros repletos de compañeros, no prestarnos electricidad a fin de impedir que nos comunicáramos con los medios de comunicación para manifestar nuestro reclamo a la sociedad) son una falta de respeto por nuestro claustro y un atropello contra las libertades para organizarnos políticamente. No podemos permitir que las autoridades hagan esto con nuestras luchas, ya que cercena el derecho a la posibilidad de organizarse que tienen y deben tener todos los estudiantes.
Pocos espacios existen hoy en el colegio y en nuestra sociedad para encarar una mirada crítica del mundo como la que hacemos desde nuestro centro de estudiantes, no permitamos que sigan reduciendo nuestras posibilidades de organizarnos y luchar por lo que creemos justo.
Si las autoridades mantienen su intransigencia va a ser necesario que todos seamos conscientes de lo que eso signifique y que estemos atentos al deber que tenemos de defender nuestros derechos. Si no lo hacemos nosotros nadie lo va a hacer en nuestro lugar. Respeto por las libertades políticas de los estudiantes significa que no se pasen faltas, sanciones, malas notas o cualquier castigo por militar, que se respete la voluntad de las asambleas, que se escuche la voz de los estudiantes, que se inicie un verdadero proceso de democratización que asegure nuestra representación en las decisiones que nos afectan directamente, que se nos permita organizarnos cuando lo creamos necesario, que se nos permita hacer asambleas, que se respete la decisión en cuanto a las luchas que queremos llevar a cabo, que se justifiquen siempre las faltas por marchar si respetan el criterio impuesto por las propias autoridades (autorización firmada por nuestros padres).
En función de esto, la última asamblea votó redactar un ultimátum que ponga límites a nuestra rectora, para impedir que siga pasándonos por encima con medidas que debilitan nuestras luchas y dispersan la voluntad del estudiantado en función de sus propios intereses. No podemos dejar de garantizar frente a esta actitud de las autoridades un resultado que verdaderamente asegure que los compañeros de la noche no van a ser castigados de ninguna forma. Sepamos también que ese resultado va a depender de ahora en adelante de la decisiones que tomemos para alcanzar una resolución y que requiere no sólo nuestra completa atención y consciencia, sino también nuestro compromiso con las medidas implementadas y la discusión de base con respecto a la forma de manejarnos que vayamos a desarrollar. Seamos más fuertes que nunca, así lo requiere la defensa de nuestros derechos.
-Convivencia-
DE LOS CONSEJOS DE CONVIVENCIA
El próximo lunes, siete de septiembre, se van a llevar a cabo en el Colegio las elecciones estudiantiles de Consejos de Convivencia. Es fundamental que todos lleguemos a esa fecha en pleno conocimiento de lo que vamos a votar.
Existe un Consejo de Convivencia por turno, cada uno integrado por el vicerrector y el regente correspondientes, un miembro del Departamento de Orientación, tres docentes y tres estudiantes. Como su denominación lo indica, la función de los Consejos es velar por una óptima convivencia tanto dentro los distintos claustros del Colegio como también en lo que respecta a la relación entre ellos. Sus reuniones no tienen una frecuencia preestablecida, sino que son convocadas a partir de la petición de sus integrantes, ya sea por propia voluntad o en nombre de cualquier persona de la comunidad educativa. En esas reuniones pueden tratarse temas como la aplicación y apelación de sanciones, elevaciones de proyectos y propuestas de los consejeros, entre otros.
Para poder empezar a trabajar la realidad institucional, es importante que sepamos interpretar el funcionamiento y los objetivos del sistema de sanciones, que compone uno de sus elementos principales, teniendo en cuenta sus deficiencias y por qué no constituye, bajo ningún concepto, una garantía de la buena convivencia dentro del Colegio. En este sentido podemos, además, analizar qué herramientas nos brinda participar de los Consejos y cómo podemos, a partir de ahora, utilizarlas para revertir aquellas realidades que no conduzcan a nuestro espacio cotidiano a dar lo mejor de sí.
La convivencia dentro del Colegio se ve dificultada, en general, por diversos factores: primordialmente, porque no existe una verdadera política de contención, sino que contamos con un Departamento de Orientación cuyo funcionamiento es escaso o prácticamente nulo; además, el sistema de tutorías es insuficiente en tanto que sólo funciona para los años más chicos y sus programas durante las horas de clase muy ocasionalmente aportan a las relaciones dentro de la división, lo que deviene en una clara falta de trabajo psicopedagógico para los estudiantes. En relación a esto, el método que se utiliza en el Colegio para regular el comportamiento de los alumnos son las sanciones, que no sirven para encontrar la raíz de los problemas ni mucho menos para solucionarlos, sino que sólo atienden los aspectos superficiales de cada situación. Es así como, año tras año, vemos a muchísimos de nuestros compañeros convertirse en víctimas de una política expulsiva que, en lugar de hacer todo lo posible por mantener a los estudiantes en carrera, los aparta a un lado del camino.
En este contexto, desde [El Resto] creemos esencial orientar la participación estudiantil dentro los Consejos hacia la implementación de políticas que contribuyan a tratar, de manera efectiva, los conflictos que se presenten en nuestro claustro, y que tiendan a crear un espacio propicio para el desarrollo de una plena interrelación entre todas las partes de la comunidad educativa. Es para ello que proponemos trabajar en un proyecto conjunto de reforma del Departamento de Orientación como primera medida para iniciar el cambio en torno a las políticas de contención, ampliándolo con personal especializado y atento a nuestro día a día en el ámbito escolar.
Al mismo tiempo, debemos encarar lo inmediato, procurando hacer del sistema de sanciones el más justo posible, reduciendo las sanciones a lo mínimo e indispensable y poniendo atención principalmente en el trasfondo del problema. Para esto es extremadamente importante que entendamos al cuerpo de consejeros como representativo cuando su funcionamiento sea en pos y a través del trabajo de base; debemos buscar una comunicación fluida entre los consejeros y los estudiantes, para que no haya casos sin tratar y para que se contemplen todos los puntos de vista, tanto en nuestra relación con las autoridades como dentro de nuestro propio claustro y siempre en su defensa. De nada sirve lo que un consejero piense si no defiende a su representado, si no transmite lo que éste piensa y si no pelea por él en lo concreto: poco importa el enemigo que tengamos afuera si no estamos unidos en la lucha contra él.
Sostenemos que el proceso por una verdadera democratización se tiene que dar en todos los planos posibles, peleando por una mayor apertura de espacios de opinión, de debate y de decisión y, sobre todo, aprovechando los que ya tenemos. Es imprescindible que avancemos juntos en este duro proceso, actuando con conciencia y responsabilidad para poder afirmarnos. Es necesario que cada uno de nosotros participe y que podamos encontrar en el Colegio un ambiente de reflexión y creación, no de represión; un Colegio donde el espacio sea de todos y donde podamos sentirnos cómodos para transformar esta sociedad sin temerle a los castigos.
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Va a estar fino Buenos Aires
En octubre de 2008 la legislatura porteña aprobó el proyecto para la creación de una policía propia de la ciudad de Buenos Aires. Este nuevo cuerpo policial trabajaría en conjunto con la policía federal en la ciudad y saldría a las calles el 1º de octubre de este año. Su actividad estaría destinada a reprimir piquetes y manifestaciones y desalojar indigentes. Guillermo Montenegro, el ministro de Justicia y Seguridad porteño, afirmó que “Sí o sí hay que poner orden” y aseguró que “la policía porteña va a hacer cesar la infracción, como corresponde, liberando la vía que está ocupada” (Página 12, 29-07-09). En definitiva, vamos a tener un nuevo cuerpo policial para reprimirnos a los que luchamos por nuestros derechos.
Pero esto no es todo. El indicio más claro del carácter que va a tener esta policía es el jefe que ha sido designado para comandarla. Jorge Alberto “Fino” Palacios prestó servicios a la Policía Federal durante la última dictadura. Está acusado por ocultar evidencia de la causa AMIA y por encubrir a los sospechosos. El 19 y 20 de diciembre de 2001, cuando el pueblo se rebelaba contra la miseria y el atropello a los que lo había sometido el neoliberalismo del gobierno de De la Rúa, Fino salió a reprimir de civil, incluso cuando no estaba de guardia. Y no sólo esto: Palacios también está involucrado en el secuestro de Axel Blumberg: se lehan encontrado registros de llamadas con un integrante de la banda de ladrones de autos que secuestró y asesinó a Blumberg. El currículum de Fino Palacios habla por sí solo; al mando de un represor como él, el cuerpo policial solamente puede tener un carácter represivo.
La concreción de este proyecto en la práctica, no obstante, no es otra cosa que la profundización de la política represiva en nombre de la preservación del espacio público que el gobierno de la ciudad viene llevando a cabo y que se evidencia en el accionar de la UCEP desde hace ya varios meses.
La Unidad de Control del Espacio Público (UCEP) es un grupo violento de actividades del gobierno, encargado de “preservar” el espacio público a costa de desalojos y represión de grupos de familias de indigentes tanto hombres como mujeres, niños o ancianos que no tienen otro lugar para vivir que las plazas y las calles de la ciudad.
A pesar de esto, no todas son malas noticias. Distintos sectores, ya sea movimientos sociales, sindicatos o partidos y corrientes políticas de todo tipo empiezan a rebelarse. Se ha conformado una coordinadora bajo el nombre La Dignidad No Se Privatiza, que agrupa a las distintas organizaciones que están luchando para que se desmantele la UCEP, y en contra de la Policía Metropolitana a cargo de Fino Palacios. Ésta viene realizando distintas actividades, incluidos cortes de calle y una marcha hace unas semanas a la que concurrieron varios miles de personas. Ahora, el debate sobre la Policía Metropolitana y Palacios se ha planteado en el movimiento secundario, y la lucha se está abriendo en los distintos colegios de la Ciudad. Vemos que el gobierno de Macri no se contenta con recortar becas, destruir colegios, cerrar hospitales. Los jóvenes de Capital no podemos permitir no sólo que avasallen los derechos del pueblo a una vivienda digna (entre los muchos otros derechos, como la educación pública, que este gobierno ha decidido ignorar), sino que además nos repriman cuando reclamamos por lo que es nuestro.
Por eso, El Resto y Desde Bolívar, creemos fundamental y necesario formar parte activa de la lucha del movimiento secundario en la ciudad. La defensa de los intereses de los estudiantes tenemos que llevarla a cabo entre todos, no solamente como activistas en el colegio, sino también fuera de él, en concordancia con la lucha que vienen gestando los compañeros de otros colegios y sectores. Sólo en la unidad del movimiento secundario y social vamos a poder llevar una verdadera lucha por un espacio que también nos toca reclamar y vivir como nuestro, la ciudad.
Nos juntamos para marchar, este Jueves 27 a las 17.30hs, en el Obelisco, en contra de la UCEP, de la Policía Metropolitana y de Fino Palacios.
POR UNA CIUDAD Y UN ESPACIO PÚBLICO PARA TODOS.
12/08: POR LA DEMOCRATIZACIÓN, TODOS AL CONSEJO
Campo de Deportes: por qué decir que NO a la audiencia llamada por CAPMSA
La Corporación Puerto Madero ha llamado a una audiencia pública con la UBA, después de meses transcurridos desde el pedido de sentencia por parte de la Universidad y de no tener novedades al respecto. ¿Qué significa esto? Que los que quieren expropiar nuestro campo arreglando con la UBA por debajo y ganando más espacio dentro del ámbito educacional público ahora nos llamaron explícitamente a hacer un acuerdo para hipotecar el futuro de nuestro campo y, más importante aún, para dar un paso más en detrimento de lo que es de todos con el fin de realizar negocios multimillonarios.
La UBA ya fue muy clara al respecto, tanto en casos como el de nuestro campo, como en el caso del estacionamiento de la Facultad de Ciencias Sociales, como en el bar del Pellegrini: si nuestro patrimonio sirve para solventar el déficit de fondos, vendámoslo, concesionémoslo. Desde [El Resto] nos negamos firmemente a cualquier tipo de avance privado con el fin de paliar la crisis presupuestaria de la Universidad y por ello convocamos a respetar las bases de nuestro Centro de Estudiantes y no dar espacio alguno al sector privatista tanto de la Corporación Puerto Madero como de nuestra universidad.
Reglamento del Consejo Resolutivo
En las primeras reuniones del Consejo Escolar Resolutivo, formado por ocho docentes, cuatro estudiantes, dos graduados y un no docente (éste último sin voto), el tema central de discusión fue el reglamento al que estará sometido el Consejo desde ahora en adelante. Los puntos que presentaron fuertes oposiciones entre el claustro docente y el estudiantil fueron el quórum para sesionar y la calidad de las votaciones. Nuestro reclamo, discutido previamente en las aulas y en las reuniones de delegados, fue claro: ante la conformación antidemocrática del órgano, con una mayoría absoluta de docentes, el quórum debía darse con la presencia de al menos un estudiante, para garantizar que el claustro docente no tuviera la facultad de sesionar autónomamente. Los docentes no acordaron con nuestra postura y sostuvieron su resolución inicial: se sesionaría con nueve personas. En torno a las votaciones, los consejeros estudiantiles llevaron adelante la propuesta de precisar, como mínimo, la firma de dos claustros para aprobar cualquier proyecto. Esto hubiese imposibilitado la posibilidad de que los docentes pudieran tomar decisiones por sí solos, pero de vuelta fue descartado por el claustro docente y en su lugar admitieron únicamente como válida la mayoría simple para definir una votación.
Ante la falta de consenso, se decidió elevar dos proyectos en lugar de uno al Consejo Superior. Como sabemos que ese no es un espacio donde velen por nuestros intereses, es necesario que seamos nosotros los encargados de defender, no sólo lo que corresponde, sino lo que es justo, movilizándonos y presionando por conseguir un Consejo que se aleje de la persistente exclusión de los estudiantes y se acerque a los modelos democráticos por los que hace ya mucho tiempo venimos peleando.
Licitación del bar estudiantil en el Pellegrini
Hace tres años que el bar del Pellegrini está en manos de los estudiantes, producto de una lucha difícil que se llevó lejos a las concesiones por parte de empresas privadas dentro de su colegio. Hoy, quien vaya al bar puede ir tranquilo sabiendo que no existen cosas tales como precios exorbitantes y trabajo ineficiente, sino artículos al costo y personas dedicadas que ponen todo su esfuerzo en mantener el espacio en pie, tanto en su funcionamiento cotidiano como en defensa de los reiterados intentos de las autoridades por volver a la privatización del servicio. Actualmente nos encontramos frente a otro de esos intentos: durante el último mes se informó que hubo un llamado a la licitación para concesionarlo, permitiendo nuevamente que un sector empresario que nada tiene que ver con nuestros intereses lucre con el bolsillo de los estudiantes.
Recordemos que esta situación no es un hecho aislado. Estamos viviendo tiempos de asfixia presupuestaria, donde la UBA cuenta con millones y millones de pesos menos en presupuesto y busca la solución en la generación de recursos propios (como este caso, como el caso de nuestro campo, como el caso de las concesiones en los kioscos dentro de nuestro mismo colegio) y en recortes de todo tipo (como los ¡550.000 pesos! que quitaron del presupuesto del Pellegrini). No podemos dejar que la Universidad siga avanzando en su política de autofinanciamiento a expensas de la educación pública. Defender el bar del Pellegrini, defender nuestro Campo de Deportes, participar en la Comisión de Kioscos, son algunos ejemplos de cómo podemos aportar desde nuestro lugar lo necesario para ir contra aquellos a los que poco y nada les importa que todos puedan acceder a una educación digna. Nosotros tenemos las herramientas: usémoslas.
Por una verdadera democratización del Consejo,
por la defensa de la educación pública toda,
¡marchemos TODOS el miércoles al Consejo Superior!
lista-54.blogspot.com
lista-54@googlegroups.com
El campo de deportes no se vende, se defiende
Hace tiempo que como estudiantes decidimos pelear por nuestro campo, creamos comisiones, investigamos, discutimos; llevamos a cabo asambleas y manifestaciones y centramos la lucha por su defensa en las vías institucionales de la Legislatura y el juicio por los terrenos. Es a esta altura de la lucha donde se nos presenta un nuevo conflicto a la hora de decidir qué camino debemos seguir para no perderla, sobre el cual sin duda alguna, es fundamental estar preparados y bien informados a la hora de decidir.
Luego de un período de más de un mes sin nueva información, en el último orden del día salió una propuesta a votar que busca incluir al centro de estudiantes en el juicio que enfrenta a la UBA con CAPMSA por el campo de deportes.
Esta interesante posibilidad presenta varias dificultades. La primera de ellas es que nosotros como centro de estudiantes, al no poseer personería jurídica, no podemos tener ninguna injerencia directa en el mapa jurídico-legal sobre el que se está desarrollando el juicio. Según el orden del día en cuestión, este problema podría resolverse designando a un abogado que participara del juicio en representación del CENBA, hecho sin explicación legal aún dado que la condición del mismo de no tener personería jurídica impide esa representación.
Por otro lado, se nos propone integrar el juicio para poder ser incluidos en cualquier tipo de acuerdo que la UBA y CAPMSA quieran efectuar. Sin embargo, nosotros como estudiantes conocedores de nuestras convicciones desde el comienzo de la lucha nos mantuvimos y reafirmamos permanentemente en contra de la negociación con la Corporación Puerto Madero en lo que al patrimonio de la educación pública se refiere, por el respeto a la educación pública y desprecio a las políticas que la consideran un objeto más de mercancía. Recordemos nuestras marchas, nuestras asambleas y nuestras consignas. La educación del pueblo no se vende, se defiende.
Entrar al juicio implica poner a prueba esta postura; no implica abandonarla (de hecho, puede ser una forma de reafirmarla y darle una nueva dimensión) pero sí implica llevar a cabo una necesaria reflexión y discusión para poder sostenerla con altura en un marco enteramente nuevo tal como lo es un juicio.
Por lo tanto, desde [El Resto] consideramos que someter a votación la entrada al juicio sin la información y el tiempo de discusión necesarios es un error. De lo que estamos seguros es que si luego de todo esto se decide entrar en él, lo vamos a hacer con la convicción de que será para alzar aún más alto la bandera de la defensa de la educación y el espacio público, en contra de una corporación privatista y de las autoridades que en la práctica la avalan y transan con ella por detrás nuestro.
Hablamos de la información y del tiempo de discusión como elementos esenciales en este proceso. Por ello no podemos supeditar nuestro íntegro conocimiento de los temas y nuestra reflexión bajo los cortos tiempos sobre los que versa esta propuesta a fin de apurar nuestro voto.
Con respecto a la información y su manejo, debemos señalar varios puntos que nos han llamado la atención. El orden del día no deja claros ni los procedimientos ni las implicaciones de los llamados “tecnicismos” legales propios de este asunto. No deja claro de qué modo, al participar en el juicio y ganarlo, el colegio tendría los derechos sobre los terrenos (como supuestamente sucedería), dándole un tinte un tanto fantasioso a la propuesta que se nos realiza a todos los estudiantes, más aún sabiendo que el colegio no tiene unidad académica y, por lo cual, no puede poseer esos títulos.
Así, nos encontramos altamente limitados en una decisión que afectaría, en caso de que fuera posible, la integridad toda del juicio.
Considerando todo esto, es decir, la vital importancia de la información y la reflexión acerca de esta nueva forma de lucha que se nos presenta, desde [El Resto] nos comprometemos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance en materia de búsqueda y apertura de información y, al mismo tiempo, solicitamos a la conducción del centro que brinde toda la información que requiere la presentación de una propuesta de este calibre.
Asimismo, recordamos que existe la Comisión de Investigación, la cual nos parece esencial reactivar y hacer efectiva ante esta situación, con el fin de obtener la suficiente información como para poder tomar una decisión consciente. Si te interesa participar o tenés alguna información que pueda llegar a servir, mandá un mail a: comision-investigacion@googlegroups.com
Si nos proponemos reactivar esta comisión es porque queremos que la lucha sea lo más consciente y democrática posible; porque no queremos ni creemos que se trate de masas movilizándose porque “no queremos viajar hasta Ciudad”; sino porque creemos y queremos que sea una lucha en la cual exista un movimiento estudiantil consciente.
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